martes, 24 de abril de 2007

Aportes del séptimo arte al amor melancólico

A propósito del amor melancólico y el aporte que nos brinda el trabajo de Guillermo sobre Macedonio, quería recordarles una película que me resultó interesante. Se trata de El marido de la peluquera. No es mi intención adaptar el psicoanálsis al cine, ni mucho menos hacer psicocine, ni tan siquiera ilustrar los conceptos analíticos. Acuerdo con A. Badiou cuando dice que el arte es uno de los procedimientos de verdad y por lo tanto tomo al séptimo arte como uno de esos procedimientos.
Me interesa acentuar principalmente la escena del final.
Brevemente, el filme trata de un hombre mucho mayor que ella (la peluquera), que va religiosamente a cortarse el pelo, hasta que un determinado día le propone a esta dulce y suave mujer, casamiento.
Todo marcha sobre rieles, todo es amor, prácticamente no hay diálogos; sólo hay miradas cómplices, sin malentendidos. Un idilio perfecto: se miran, se tocan, se desean...Hasta que un buen día abren la boca, hay una pelea mínima y estúpida y luego de dormir separados esa noche, al otro día este buen hombre se encuentra con una carta donde ella –que la película da entender que se arroja de un puente- le dice algo así como que no soportaría perder ese amor. No soporta el hecho de que todo cruce con el Otro sexo es sintomático. Por lo tanto, para poder hacer existir el Amor puro, ella debe desaparecer, caer como objeto para hacer existir, no la relación sintomática (del partenaire-síntoma), sino la relación sexual.
Emilio Vaschetto

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